La picada, también llamada la “picadura” o “punt” en inglés, es el hueco que se encuentra en el fondo de la mayoría de las botellas de vino. El término deriva del nombre de la herramienta de madera utilizada por los sopladores de vidrio para empujar la costura de la botella hacia arriba, evitando zonas cortantes y permitiendo que se mantenga de pie sobre una mesa. La picada añadió estabilidad al vidrio, especialmente en botellas utilizadas para vino espumoso, ya que distribuye la presión de manera más uniforme. Algunos debaten que también puede ayudar a recoger los sedimentos que se forman en los vinos que envejecen durante largos periodos de tiempo. Hoy en día, la picada es más una tradición, ya que las botellas no están hechas a mano y son mucho más fuertes que en el siglo 17.
Si bien la mayoría de las botellas de vino tienen una picada, hay algunas que tienen un fondo plano, por ejemplo las que se usan para los blancos Riesling y los de la región de Alsacia en Francia. Es menos costoso elaborarlos, ya que requiere menos vidrio, pero no es para nada un indicativo de la calidad del vino. ¡Nunca juzgues un vino por la profundidad de su picada, sino por la calidad de su contenido!
Autor: Maytte Rivera