La desalcoholización es el proceso de reducir el nivel de alcohol de un vino para mejorar su equilibrio o crear uno “sin alcohol”. Se realiza mediante tres procesos básicos: ósmosis inversa (forzando el líquido a través de una membrana fina), destillación al vacío (el vino se coloca en una columna de acero inoxidable con nitrógeno), o añadiendo agua al vino, aunque esto es ilegal en muchas regiones. Para ser considerado no alcohólico, el vino debe tener menos de 0.5% de alcohol.
La bodega Ariel en California utiliza uvas Chardonnay y Cabernet Sauvignon para producir vinos sin alcohol envejecidos en roble mediante el método de ósmosis inversa. Después de que el jugo se fermenta con técnicas tradicionales de elaboración del vino, una bomba empuja el vino a través de una fina membrana que separa el alcohol y el agua de otros componentes. Este proceso se realiza entre 10 y 20 veces, concentrando el líquido original. Antes del embotellado, se añade agua fresca, creando un producto que ofrece los beneficios de salud del vino con menos de la mitad de las calorías de una botella tradicional.
Autor: Maytte Rivera