Una botella de Burdeos, la botella vidrio más utilizada para vinos, es reconocida por su forma cilíndrica, cuello corto y hombros altos. Antes de la década de 1740, las botellas eran redondas con una base plana y no estaban destinadas a descansar de lado para añejamiento prolongado, ya que se consumían jóvenes. La invención del corcho trajo la necesidad de almacenar el vino en posición horizontal para evitar que se secara. La creciente popularidad de los vinos fortificados de Oporto y los Burdeos tintos también contribuyó, ya que los consumidores se dieron cuenta de que este tipo de vinos se beneficiaban del envejecimiento en botella. Para finales de 1790’s las botellas se veían muy similares a las que utilizamos hoy.
La botella de Burdeos toma su nombre de la región de Burdeos en Francia, donde las variedades de uva comunes son Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Petit Verdot, Malbec y Sauvignon Blanc. ¡No es casualidad que productores de todo el mundo utilicen esta forma para embotellar el vino elaborado con estas uvas! También se ha adoptado en países como España para sus Tempranillos e Italia para su Sangiovese.
Autor: Maytte Rivera