La Corriente de Humboldt es una corriente oceánica fría que fluye desde la Antártida a lo largo de la costa del Pacífico de América del Sur. También llamada Corriente del Perú, trae aire frío hacia el interior, creando niebla y moderando la temperatura en los viñedos cercanos a la costa. Esto hace que las uvas maduren lentamente, lo que les ayuda a desarrollar compuestos aromáticos que recuerdan a hierbas frescas, vegetales verdes y cítricos.
En Chile, la corriente de Humboldt sopla vientos del Océano Pacífico, mientras que el aire frío de la Cordillera de los Andes fluye desde el este hacia los viñedos. Dado que el país tiene sólo 65 millas de ancho, estos dos “aires acondicionados” naturales combinados crean una situación ideal para cultivar una amplia variedad de uvas y estilos de vino. Chile produce vinos espumosos, blancos elaborados con Sauvignon Blanc y Chardonnay y tintos con base de Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir y el tradicional Carmenère, entre otros. Miguel Torres es un excelente ejemplo de cuán diversa puede ser la industria del vino de Chile. Prueba una botella de su Cordillera Brut, Santa Digna Sauvignon Blanc o el Carmenère reserva para experimentar los efectos de la Corriente de Humboldt en una copa.
Autor: Maytte Rivera