En el mundo de los Pinots, la historia del Pinot Blanc suele verse eclipsada por los más populares Pinot Noir y Pinot Gris. Nacido en Burgoña, Francia, Pinot Blanc se desarrolló como una mutación de color cuando algunas vides de Pinot Noir dejaron de desarrollar antocianinas, el compuesto responsable de la pigmentación de las uvas tintas. Esta uva de cuerpo ligero y baja acidez se planta principalmente en las regiones más frías de Alsacia (Francia), Austria, Alemania, y el norte de Italia, donde se le conoce como Pinot Bianco. La mayoría de los ejemplos de Pinot Blanc están en su mejor momento cuando se consumen jóvenes, mostrando delicados aromas de ralladura de limón, pera verde y Piedra húmeda.
En Alsacia en el noreste de Francia, Pinot Blanc se mezcla comúnmente con la uva blanca Auxerrois para agregar textura y componentes herbaceos. La familia Trimbach produce Pinot Blanc desde hace trece generaciones utilizando técnicas de vinificación tradicionales para mantener la acidez y la frescura. Su versión clásica de este vino es perfecta como aperitivo o con los escabeches tan habituales en la región.
Pinot
Blanc, su carácter delicado funciona mejor con platos más ligeros como ensalada de mariscos o platos de vegetales. O comparte una botella con amigos e introdúcelos en el mundo del “otro Pinot”.
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Autor: Maytte Rivera