Maridaje con Bodegas Marqués de Murrieta

15 de marzo de 2023 por
Lupe Vazquez

Entre homenaje y notas de cata, se parearon cinco cursos en cena con cinco etiquetas de esta bodega riojana 

Arthur de Lencquesaing visitó San Juan por 48 horas para participar de una cena maridaje en la Boutique du Vin, de Plaza Cellars. La velada incluyó catar cinco etiquetas de Marqués de Murrieta, concluyendo con el afamado Castillo de Ygay, uno de los vinos más premiados del mundo. El director de exportación de Marqués de Murrieta dirigió a los asistentes por un recorrido gustativo con detalles, datos y curiosidades de esta bodega.

“Quiero 5 segundos de silencio total, para hacerle homenaje a este último vino que probamos esta noche, es un vino muy importante el Castillo de Ygay. Para nosotros es la ilustración de la visión de don Luciano de Murrieta, cuando al viajar a Londres descubrió los grandes Chateaus de Burdeos y que tuvo esa ilusión de decir por qué no podemos tener vinos así en España y lo hizo. Me encantaría que hubiera estado presente en este 2020 cuando recibimos el premio del mejor vino del Mundo por Wine Spectator. La ilustración de su visión a través de este premio y del reconocimiento que recibimos de este vino es única y merece un homenaje”. Con este comentario para el último curso de la cena, se resume la emoción de las notas de cata entre cursos que ofreció Arthur, quien además dijo jocosamente que daría un premio a quien pronunciara correctamente su apellido. Así que le dijimos Arthur. 

Este francés y residente en España, conversó con los asistentes de la cena, sobre anécdotas de la bodega, notas de cata y detalles de su relación profesional y personal con el mundo vinícola. Con 16 años de experiencia en la industria vinícola, proviene de una familia de bodegueros, dueños de Château Pichón Longueville Comtesse de Lalande en Burdeos. Ha trabajado para diferentes wine merchants en Hong Kong, París, Lyon, Roma y Madrid. Trabajó igualmente en el grupo LVMH en ventas y mercadeo en Francia, Bélgica, España y UK y durante 4 años fue director international con base en Londres de la casa de subastas de grandes vinos, iDealwine. Desde 2019, dirige el departamento de exportación de Marqués de Murrieta Estates & Wines.

“Muchos no entienden cómo siendo francés y de una familia de bodegueros de Burdeos, estoy al frente de las ventas internacionales de una bodega en Rioja. Me mudé hace 4 años a España. Siempre, en mi casa cuando crecía, había más vino que leche. Luego estuve en la industria del champagne, en varios países y en Europa y Asia.  En mi trayecto me fascina encontrar tesoros en botellas, como los que se encuentran en el mundo de las subastas, como las que se producen en Marqués de Murrieta, y como las que tienen aquí en la cava privada! (de Plaza Cellars)  ”, comentó Arthur, quien también inició su formación con el Advanced Certificate del Wine & Spirits Education Trust (WSET) y en la actualidad estudia para el diploma.  

Admitió que el mercado #1 de Murrieta es España, el # 2 es Inglaterra, tercero o cuarto son Alemania, Suiza, le siguen Brasil, China, Australia, Colombia, Italia. Se vende en 100 países. “Llegué en 2019 en Murrieta, y ese primer año viajé a ver los 20 mercados más importantes para entonces, y todo cambió por la pandemia. He reanudado los viajes a mercados recientemente. Acabo de estar en México, estuve en Europa, Colombia, toda una vuelta por Singapur, Tailandia, Filipinas. Cada uno tiene sus necesidades y su organización de mercado. 

Tenemos un desarrollo a nivel global muy potente y la marca está creciendo, pero a la vez no tenemos suficiente. Estamos muy limitados por nuestra producción. Cuidamos mucho la calidad y no anteponemos cantidad por calidad. Somos muy rigurosos, casi un poco extremistas en algunos momentos, para producir vinos con la calidad de nuestras fincas…”, me dijo antes de comenzar la cena.

Más de treinta asistentes, disfrutaron de un maridaje que combinó las siguientes creaciones de Chef Augusto Schreiner y la Bodega Marqués de Murrieta:

Hors D’Oeuvres con Pazo Barrantes, Albariño 2019

Bacalao en su jugo de mejillones, tomates e hijos con Marqués de Murrieta Capellanía blanco 2016 

Magret de pato y polenta con trufas con Marqués de Murrieta Reserva 2017

Lomo de cordero  en corteza de pan y hierbas con piquillo relleno, con Marqués de Murrieta Gran Reserva 2015 

Tarta de queso de cabra con Castillo Ygay Gran Reserva Especial 2011 

Durante el cóctel, se sirvió Pazo Barrantes, cien por ciento Albariño. El Pazo de Barrantes también es el nombre de la casa familiar de vacaciones de esta familia y a su lado tiene 14 hectáreas donde las viñas, según contó Arthur, están en pérgolas, altas, para mantenerla lejos del suelo, porque si no se pudre. Queda en una pequeña zona de la España verde, que actualmente recibe mucha agua, casi 4 veces más que la que se recibe en Rioja. “ Con el albariño hemos decidido sacar el vino 2 años luego de la vendimia para asegurarnos que el vino coge más densidad y amplitud. Realmente respetamos el vino. Muchas veces, el albariño se toma muy joven, pero déjalo más tiempo y se va a abrir a un vino más complejo. En este vino hay mucha salinidad, normal por estar a un kilómetro y medio del Atlántico. Cuando se recoge la uva tiene una capa de sal en superficie, y le da ese toque particular que notamos al final de la lengua. Y está el eucalipto, que es importante en nuestra finca, hace más de 400 años, plantaron unas filas de eucalipto. Sus hojas caen sobre el viñedo y el resultado es que el vino tiene mucha fruta, con notas mentoladas. Este vino tiene mucho equilibrio, cuando lo tomas es muy armonioso”, dijo. 

Ya en el primer curso de la cena, se sirvió el Capellanía blanco.  Es un vino blanco de la Rioja, la gente no suele pensar en los blancos de la Rioja, pero fueron muy importantes en la región. Hay algunas bodegas que han guardado una pequeña cantidad de los vinos blancos para seguir produciendo vino blanco, como el caso de Marqués de Murrieta. Tiene un mérito histórico 1852 fue el lanzamiento oficial de la bodega. 

Explicó que, en las 300 hectáreas de la finca o pago, hay 6 hectáreas de la uva Viura conocida también como Macabeo, que se usa para hacer cava, da una paleta aromática distinta. Del primer viñedo plantado se produce Capellanía cada año; del segundo viñedo se produce Castillo Ygay blanco, cada 12 a 15 años. 

“Este fue el primer blanco en recibir 100 puntos de Robert Parker, en 1986, también 100 puntos de Falstaff, James Stuckling y La Vanguardia, es el vino más premiado”. 

El Capellanía se pareó con el pescado, un perfil perfecto para el vino que también puede aguantar carnes blancas sin problemas. Para los sommeliers del Capellanía dicen siempre que ‘tengo Capellanía y tengo el resto de los vinos blancos”, porque tiene mucha versatilidad.

En los siguientes cursos se probaron el Reserva 2017 y el Gran Reserva 2015, elaborados con tempranillo, mazuelo, graciano y garnacha.   El Reserva 2017, con un año en barrica y 3 en total, lo definió como un vino de muchísima frescura, con notas de chocolate y mocha, un vino sedoso y amplio. 

Luego el Gran Reserva 2015. Con un mínimo de 2 años en barrica americana y 5 años, en total, lo describió como un vino de mucha elegancia, fino y discreto.

Para el pareo con el Castillo Ygay Gran Reserva Especial 2011, Arthur intercaló datos de su elaboración con la historia de Luciano Murrieta, su fundador, que introdujo las técnicas bordelesas de elaboración de vino en Rioja y se volvió el primer elaborador de “vino fino” en la región. “Luciano quería hacer un Chateaux y cuando inició este proyecto, las primeras se llamaron Chateau de Ygay hasta el 1911, luego se siguió llamando Castillo Ygay. La demanda ha sido increíble este año que tenemos 35 mil botellas, y nos han pedido 19 mil botellas adicionales a lo que tenemos. Es un vino único, creado en un Pago pequeño llamado la Plana, localizado al lado de Capellanía, en la parte más alta de nuestra finca, donde cultivamos mazuelo y tempranillo. El tempranillo va en barrica americana y el mazuelo va en barrica francesa. Tiene un 85% tempranillo y 15% mazuelo. Tiene un lado de fruta expresivo, hacia fruta rojas y con una evolución con cuero, empieza con mucha intensidad y tiene balance”, dijo. 

La razón del éxito de bodegas Murrieta según Arthur son dos personas: 

Vicente Cebrián, el dueño que tiene una visión muy clara de hacia dónde quiere ir y de su enóloga María Vargas, de excelencia y obsesiva de los detalles. Y los factores que abonan a esta fórmula son que la región de Rioja es espléndida en el cultivo de la vid y que la bodega mantiene una filosofía estricta de calidad, que no se altera por producir más cantidad. 

En la Boutique du Vin esa noche de la cena, se agotaron unas cajas de la Colección Vertical Reserva. Cristina Reyes, gerente de la  marca comentó que esperan una orden con variedad de etiquetas y hay inventario del Reserva 2017 y del Gran Reserva 2015.  

“Sin duda, Marqués de Murrieta ha logrado un posicionamiento a nivel global increíble, del cual nuestros consumidores están conscientes. Esto ha disparado las ventas de la marca en Puerto Rico y en el mundo entero y es importante para Plaza Cellar, el importador, y para los consumidores, que apoyen nuestro mercado”, dijo Cristina.

Sobre Bodegas Marqués de Murrieta:
Luciano Murrieta, su fundador, fue quien introdujo las técnicas bordelesas de elaboración de vino en Rioja y el primer elaborador de “vino fino” en la región. Luciano Murrieta nació en Perú, de padre español y madre criolla, y su vocación internacional le llevó a realizar un envío, en 1852, de 50 barricas de vino a México y otras 50 a Cuba con el objetivo de poner a prueba la capacidad de viajar y de envejecer de sus vinos. Del vino que se dirigía a México no hubo noticias, pero la prensa cubana se hizo eco de la gran calidad de estos vinos llegados de España, hecho que animó a Luciano Murrieta a presentar sus vinos a concursos y exposiciones internacionales y que supuso el inicio de su leyenda. En 1877 compró la Finca Ygay y construyó la bodega, implantando el modelo de “château” bordelés por primera vez en Rioja. Como reconocimiento a su labor en pro del desarrollo de la industria del vino y de la región, recibió el título de Marqués en 1872.

En 1983, Vicente Cebrián Sagarriga, compró a los herederos de Luciano Murrieta la bodega, se trasladó a vivir con su familia a la propia bodega y escribe un nuevo capítulo en la historia de Marqués de Murrieta. Tras su repentino fallecimiento en 1996, sus hijos, Cristina y Vicente Dalmau Cebrián-Sagarriga asumieron la dirección con tan solo 26 años y desde entonces, la continua actualización de viñedo, bodega y vinos, han logrado posicionar a Marqués de Murrieta como una bodega reconocida y respetada en el escenario vitivinícola internacional. (https://marquesdemurrieta.com/pages/sobre-nosotros-marques-de-murrieta)

Author: Lupe Vázquez