Puede que no hayas oído hablar de la Tinto Fino, Ull de Liebre, Tinta del País, Cencibel, Aragonés o incluso, Tinta Roriz. ¡Pero seguro que conoces la Tempranillo!
De hecho, la Tempranillo es la uva española más conocida, cultivada mayormente en el norte y centro de España y Portugal.
Es una uva de piel gruesa, que necesita del calor para madurar, pero también se aprovecha de las diferencias de temperatura entre el día y la noche para alcanzar la acidez justa.
Versátil como pocas, suele producir vinos de alto grado alcohólico, que no te dejarán indiferente.
El Tempranillo de añada sin madera, es fresco y sabroso, con sabores y aromas a cerezas secas y cerezas ácidas, acelgas y algo de carne. Los vinos más serios se maduran en roble francés por un período que puede variar de entre algunos meses hasta varios años (“Gran Reserva”), ganando complejidad y matices, y suelen destacar los aromas a cereza negra, eneldo, higos, azúcar moreno o caja de puros.
Como rosado, el Tempranillo es de un bonito color salmón, con un paladar rico y oleoso, recordando a fresas, pimienta blanca, trébol, tomate y hoja de laurel.
La Tempranillo es la uva consorte de las más famosas Denominaciones de Origen de España, como Ribera del Duero - Arzuaga Reserva 2017 es un vino que no te puedes perder - y Rioja, siendo Marqués de Cáceres Gaudium 2016 o Roda 2017 dos grandes ejemplos de esta región. También hay grandes Tempranillos de La Mancha, con una calidad-precio que te sorprenderán.
Como no podía ser de otra forma, la Tempranillo también ha despertado el interés en el Nuevo Mundo, así que no te extrañes si ves vinos de esta varietal provenientes de Argentina, Chile, California o incluso Australia.
Descubre nuestra selección de Tempranillo
Autor: Paloma Zuazo
