Furmint es la uva que reina en Hungría, famosa por ser la principal en los vinos dulces de la región de Tokaj. Su origen tiene varias teorías, algunos expertos creen que es originario de la zona, mientras que otros consideran que fue traído por el Rey Bela IV en el siglo XIII o por misioneros y soldados italianos durante la década de 1750. De cualquier manera, sabemos que se deriva de la uva francesa Gouais Blanc y está relacionada con uvas internacionales como Chardonnay y Riesling. También se cultiva en Eslovaquia, Eslovenia, Austria y Croacia, y se cree que el nombre proviene de la palabra "froment", una variedad de trigo común, por el color de trigo dorado de los vinos que produce.
Habitualmente, Furmint se ha vinificado como un vino dulce con uvas afectadas por la podredumbre noble, también conocida como botrytis cinerea. Este hongo, que necesita unas condiciones climáticas específicas para desarrollarse, deshidrata la uva concentrando los niveles de azúcar. Para hacer el mundialmente famoso vino Tokaji, se elabora un vino base, se agregan las uvas afectadas por botrytis, conocidas como aszú, y se maceran hasta por dos días. Tradicionalmente, estas bayas se convertían en una pasta y luego se añadían al vino, pero ahora es común una maceración prolongada para evitar los sabores amargos extraídos de las semillas. El vino debe envejecer en barricas de roble húngaro durante al menos 18 meses.
La célebre bodega Royal Tokaji produce versiones secas y dulces de Furmint. “The Oddity”, su versión seca, exhibe aromas a mandarina, manzana verde y jengibre, mientras que la dulce “Red Label” estalla con sabores a miel y melocotones secos.
La version seca de Furmint es perfecto con dumplings de cerdo o pollo asado con hierbas. O disfrute de una botella de Tokaji dulce con quesos curados o solo después de la cena para una delicia fantástica.
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Autor: Maytte Rivera